El ejemplo, el mejor maestro en la educación de tus hijo

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El ejemplo, el mejor maestro en la educación de tus hijo

Parecerá fuerte escuchar esto, pero del comportamiento de los papás, dependerá el comportamiento futuro de los niños. Si tomamos en cuenta que el ejemplo que reciben en casa tiene más impacto que las palabras en la educación del niño, sabremos que es necesario hacer un autoanálisis para saber qué imagen estás reflejando en tus hijos.

En cuestión de valores, el ejemplo puede considerarse la herramienta más importante para su formación. Es necesario observar con conciencia el comportamiento propio y posteriormente, considerar paulatinos cambios en la forma de actuar.

  1. Durante un tiempo determinado, identifica tu comportamiento. Analiza algunas situaciones: ¿con qué frecuencia aprovechas las oportunidades para ser amable y amigable con los demás? Por ejemplo, si observas que alguien necesita ayuda, ¿ofreces apoyo de forma espontánea o sigues de largo por falta de interés?
  2. Si notas algunos aspectos que aún tienes que superar, entrénate para ser más espontánea, a ser sensible y a detectar o anticipar una necesidad; a ser proactivo para ayudar de inmediato, aún sin ser requerido. Todo esto será observado por tus hijos.
  3. En la actualidad, el ritmo de vida es cada vez más complejo, más demandante y nos orilla a hacer todo en automático, pero debemos hacer un esfuerzo para tener siempre presente que ser atentos y considerados es mejor que pasar primero o gritar más fuerte. Acciones que darán buen ejemplo a los más pequeños..
  4. Hechos tan simples como saludar y dar las gracias podrían ser incorporados poco a poco en tu forma de ser y al mismo tiempo esto se verá reflejado en los hábitos de tus hijos. Para todos los padres es una gran satisfacción darnos cuenta cuando ellos ya incorporaron este vocabulario como parte natural de sus interacciones con los demás.
  5. No los critiques cuando se les olvidan los gestos de amabilidad que les has inculcado. Como papás debemos ser amables con ellos y señalarles la oportunidad que tienen ante sí. La buena educación requiere práctica, repetición, buenos modelos y tiempo.
  6. Cuando preguntes a tu niño, por ejemplo, cómo le fue en la escuela, dale oportunidad y tiempo de contestar para formular sus opiniones; apóyalo con pequeños cuestionamientos para facilitar la conversación. Escúchalo y, si es posible, acércate, ponte a su altura y velo a los ojos. Dale tu atención en un 100 por ciento. Habla con un tono de voz que refleje tu interés, tranquilidad y paciencia.

Los hijos son una oportunidad para crecer y mejorar como personas. Con pequeños cambios que incorpores a tu rutina, podrás incorporar hábitos saludables que ayudarán a una mejor convivencia con tus hijos, pero, sobre todo, servirán para ser tomados como ejemplos de comportamiento y actitud que se verán reflejados en la educación de tus hijos.