¿Los niños son cada vez menos tolerantes e impacientes?

image

¿Los niños son cada vez menos tolerantes e impacientes?

Tanto para niños como para adultos, el internet llegó a cambiar para siempre la velocidad a la que nos comunicamos y tenemos acceso a información, de realizar compras, incluso de hacer trámites. Esto ha hecho que tengamos formas más rápidas de satisfacer algunas necesidades, sin embargo, nos ha hecho también más exigentes en la vida diaria.

Los mismos adultos sabemos reconocer que vivimos en un mundo bastante acelerado, donde incluso a nosotros mismos nos cuesta trabajo ser pacientes. ¿Cómo entonces enseñar a los niños a ser pacientes? Esto tiene que ver con la tolerancia a la frustración, esta tarea cada vez representa un desafío mayor para los papás.

Aprender a retrasar la recompensa.

Recordemos que los niños son impacientes por naturaleza, de ahí que, hasta los dos años de edad, sea prácticamente “normal” que un niño no sepa esperar tanto tiempo como quisiéramos. Sin embargo, nunca es demasiado pronto para ir forjando en él la capacidad para tolerar la frustración y el desarrollo de habilidades socioemocionales como una herramienta útil no sólo en la infancia, sino también en la edad adulta.

  1. Uno de los primeros pasos es ser un modelo de paciencia y tolerancia, recordemos que los niños aprenden de los ejemplos. Por eso los educadores insistimos tanto en esforzarnos para mostrar lo mejor de nosotros mismos para mostrar que somos racionales antes que impacientes. Cuando nos encontramos ante una circunstancia que nos puede llevar a la impaciencia, cabe preguntarnos ¿Cómo me gustaría que mi hijo enfrentara esta situación cuando sea adulto? Verbalicemos entonces ante el niño “Me siento impaciente por lo siguiente… haré esto para sobrellevar la frustración”. De esta forma el niño aprenderá formas constructivas de reaccionar ante sus impulsos.
  2. Verbalizar también la paciencia con frases como “te espero, soy paciente”. Una forma de ser un ejemplo de paciencia, está el hecho de no presionar al propio niño innecesariamente. Recordemos que si pedimos las cosas “para ya” no estamos siendo el mejor modelo de paciencia que queremos proyectar en un niño. En ese sentido, debemos mostrar la mayor empatía a la hora de esperar a un niño. Recordemos que están en continuo aprendizaje.
  3. No premiar la impaciencia. Los niños muestran su impaciencia con gritos, berrinches, incluso maldades. Si en lugar de explicar al niño que todo lleva un tiempo o implica un turno, por lo no puede tener lo que quiere en el momento justo en que lo pide, y por el contrario los papás ceden ante este comportamiento, para el niño será una señal de que su comportamiento es una forma de manipular para conseguir lo que se quiere.
  4. Una forma práctica de hacerles ver que cada proceso lleva su tiempo es invitarlos a observar fenómenos de la naturaleza como el crecimiento de una planta o la germinación de una semilla, por ejemplo. De esta forma podrán identificar que todo tiene un curso natural y que no siempre es posible forzarlas o apresurarlas, por lo que hay que saber esperar y tener paciencia. Los cuentos también son una buena herramienta para ejemplificarle sobre los personajes que tienen que esperar para conseguir algo.
  5. Uso de temporizadores. Enseñarles que es necesario planear y esperar a que se cumplan plazos. Mediante la utilización de sencillos mecanismos, podemos enseñarle que en ocasiones es necesario esperar y que no podemos controlar tiempo, por lo que se tiene que esperar con paciencia. Por ejemplo “Cuando acabe la canción que está tocando ahorita, podremos pedir la melodía que tú quieres escuchar”.
  6. La convivencia con otros niños le ayuda a madurar sus habilidades socioemocionales. Durante los primeros días de convivencia escolar pueden darse casos en los que podrían no ser capaces de convivir con sus compañeros, pero poco a poco irán aprendiendo a moderar sus impulsos, a esperar turnos y a entender que todos sus compañeros tienen los mismos derechos que él. Los Juegos de mesa, son excelentes herramientas para para aprender turnos.

Los niños que son más pacientes, podrán adaptarse con mucha mayor facilidad a cualquier contexto escolar, de ahí la importancia de enseñarles que en la vida hay que saber esperar, aunque esto pueda resultar muy frustrante, posponer los deseos y aguardar por las recompensas.