Su familia es lo más importante para su educación

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Su familia es lo más importante para su educación

El ritmo en el que vivimos en la actualidad nos ha hecho olvidar o dejar pasar a segundo plano la convivencia familiar, menospreciando -quizá sin darnos cuenta-  el aprendizaje que un niño adquiere en el interior del hogar y que es fundamental para su futuro.

Es en la familia donde el niño debe recibir la atención a sus necesidades básicas, de amor y seguridad, pero también los límites y la orientación que vayan fortaleciendo su autoestima.

¿Cómo se logra esto en un mundo donde la tecnología lejos de optimizar la comunicación parece crear distancias cada vez más grandes entre los seres humanos? Es necesario estar siempre muy enfocados en que el uso no controlado de dispositivos electrónicos como computadoras, IPads y teléfonos inteligentes puede en ocasiones ser abrumador e inclusive enajenante.

Por otro lado, el ritmo de nuestra vida moderna con horarios laborales muy largos y traslados muy intensos por estar cargados de emociones negativas, tampoco facilitan los espacios propicios para una comunicación asertiva en casa.

Una estrategia clave en este sentido es la planeación que los papás deben procurar para crear espacios de interacción positiva y propositiva con los niños, ya que este clima favorecerá vínculos afectivos donde es más fácil que prospere la confianza entre ellos.

Esta tarea deja de ser un “imposible” cuando se opta por capitalizar las horas en familia como una oportunidad de compartirles lo mejor de nosotros, promoviendo buenos hábitos siempre basados en conceptos sencillos pero contundentes, que vayan aterrizando de manera práctica los valores fundamentales de respeto, confianza y amabilidad que poco a poco darán estructura a su formación humana.

Comer juntos por lo menos una vez al día y realizar actividades en familia los fines de semana, pueden servir como espacios para relacionarse con los niños, para escucharlos, platicarles, conocer sus habilidades, tendencias y áreas de oportunidad.

De acuerdo con la edad de cada niño, ellos pueden y deben participar en las tareas familiares del día a día con el fin de que esto los haga sentirse útiles, pero también responsables.

Debemos estar conscientes que el tiempo que pasamos con nuestros hijos es la oportunidad para modelar y promover las conductas que ellos irán incorporando poco a poco a su repertorio y que irán aplicando cada vez de manera más autónoma en su vida futura.

Tu presencia activa y enfocada en la convivencia diaria es la mejor manera para demostrar tu amor. Escúchalos y ayúdalos con sus dudas y temores, pero fija metas alcanzables reconociendo sus habilidades y logros que le darán confianza para tomar sus propias decisiones y experimentar para aprender y poder ir superando sus limitaciones.

Recordemos que cuando estamos inmersos en la educación de nuestros hijos, hay días muy largos y difíciles, pero los años vuelan y la infancia de nuestros hijos termina más rápido que lo que cualquier padre quisiera.